Criado en el seno de una familia artística, su futuro no podía ser
otro. El primer papel de lo que se convertiría en una gran carrera, lo obtuvo
siendo sólo un adolescente. La película era "Domingo Sangriento", y su
participación, efímera.
Luego de casi una década actuando en obras de teatro, su segunda
oportunidad en la pantalla grande le llegó en 1982 en el filme “Gandhi”. De ahí
en más todo fue in crescendo. Papeles
cada vez más importantes y títulos inolvidables como “La insoportable levedad
del ser” que lo hizo reconocido a nivel mundial.
Más tarde, llegó el turno de
memorables protagónicos como “Mi pie izquierdo”, “El último mohicano”, “Pandillas
de Nueva York” o “Petróleo Sangriento”. Su última y magistral creación del
presidente Lincoln le valió el tercer Oscar de su carrera. Más consagraciones
para, sin duda, uno de los mejores actores de su generación.
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