miércoles, 15 de mayo de 2013

El nacimiento de una Nación: Pandillas de Nueva York



   Pandillas de Nueva York es excelente por donde se la mire. Su historia nos introduce en los violentos y turbulentos tiempos del resurgir de esa ciudad. Centrada en el siglo XIX, lejos de los lujos que ostenta hoy en día y de sus infinitos rasca cielos, Nueva York se encuentra hundida en la misera y la violencia, una ciudad llena de pandillas callejeras que convierten a las “Cinco esquinas” (Five Points) en un escenario lleno de miedo, corrupción, lealtad y xenofobia. La historia se centra en la rivalidad entre dos bandas: por un lado, los Conejos Muertos, inmigrantes irlandeses liderados por el reverendo Priest Vallon (Liam Neeson) y, por el otro, los Nativos, xenófobos que respondían a las órdenes de William Cutting, “El carnicero” (Un excelente papel interpretado por Daniel Day Lewis y sobre el que volveré después).  
   La primera escena de esta película dirigida por Martín Scorsese es muy significativa, porque revela la totalidad de la trama. Un violento enfrentamiento entre estas dos bandas enemistadas en el que Vallon muere en manos de Cutting y todo ello ante los ojos de su pequeño hijo Amsterdam (Leonardo DiCaprio) que 17 años después vuelve sobre sus pasos, para vengar la muerte de su padre. Un secreto que lo lleva a enrolarse en el bando de los nativos, convirtiéndose, incluso, en la mano derecha del carnicero. 
   Scorsese enlaza dos historias: la de cada una de sus protagonistas y la de la ciudad de Nueva York y lo hace de una manera vertiginosa y fascinante, con un magistral ritmo narrativo y una excelente puesta en escena. Uno llega a inmiscuirse en el ambiente de esa revoltosa ciudad llena de carteristas profesionales, travestis y prostitutas. La realidad de ese escenario turbio y mugriento, nos hace sentir el  miedo en cada una de sus esquinas,  así como también el respeto o el desprecio de esos oscuros personajes.
   En cuanto a las interpretaciones, y aquí es donde quería llegar, si bien la composición de cada uno de los personajes es excelente, incluso la breve pero no por eso menos importante participación de Liam Neeson, el que se destaca, sobresale y termina siendo la fuerza de la producción fílmica es el magestuoso Daniel Day Lewis. En este inconmensurable actor radica la fuerza de Pandillas de Nueva York. Su composición del carnicero Bill es sencillamente magestuosa. Un personaje que escapa a todo tipo de estereotipo, otorgándole a su papel de villano una dimensión que va más allá del arquetipo de malvado. Un patriota xenófobo y racista, tras el que se llega a deslumbrar una justificación moral en su accionar, justificación que contrasta con la perversidad de su lado más violento. Un malvado, además, respetado por todos, de ahí que cuando se presenta ante Amsterdam, lo hace diciendo “Yo soy Nueva York”. Y de hecho lo es. Es eso y más. Si existe una lista de personajes legendarios, sin duda alguna, Bill el carnicero estaría en ella.
   Con una trama sencilla, pero no por eso menos interesante, Pandillas de Nueva York constituye una de esas tantas películas que uno no debería dejar de ver.






Ficha
Título original: Gangs of New York
Director: Martin Scorsese
Actores: Daniel Day Lewis, Leonardo DiCaprio, Cameron Diaz, Liam Neeson, John C. Reilly, Henry Thomas.
Año: 2002




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